La situación actual por la que pasamos del COVID-19 es algo histórico, y como sociedad, esta es una oportunidad de asegurar que las personas más vulnerables al impacto económico no sufran grandes consecuencias.
Si bien esta contingencia nos obliga a estar en aislamiento y guardar una sana distancia entre nosotros, creo que como humanidad nos une y nos hace redoblar esfuerzos para salir adelante.
Desde la Fundación Gates que donó millones de dólares, hasta el puesto de tacos de la esquina que regala comida a los que no recibieron su sueldo la semana pasada.
Es momento de pensar en cómo poner cada uno de nosotros nuestro granito de arena. Habrá grandes empresarios de México que podrán aportar con recursos y donativos en grandes cantidades, pero también está el voluntario, el que nos atiende en el supermercado, el que deja propina extra a los repartidores y el profesional de salud que todos los días ayuda a detener este enemigo invisible, salvando vidas. Lo importante es saber que tú también puedes ayudar de alguna u otra manera.
Ahora bien, es indispensable que el gobierno y el sector privado jueguen un rol activo en el combate de este virus. Sin embargo, no pueden solos. Combatir esta pandemia requiere también el apoyo del sector social y las asociaciones civiles para asegurarse que todas las comunidades estén recibiendo los apoyos necesarios. El objetivo principal de una asociación civil es atacar problemáticas sociales, y por consecuencia, tienen amplia experiencia trabajando en desastres naturales o crisis humanitarias. ¡A eso se dedican! A lo largo de su existencia, han desarrollado habilidades y capacidades para atender los retos logísticos y relacionales para atender emergencias y llegar a los más necesitados.
Por poner un ejemplo, en la ciudad de Filadelfia, algunos restaurantes que cerraron temporalmente debido a la situación, decidieron regalar la comida que tenían en inventario porque pronto caducaría y no se iba a utilizar. En lugar de manejar por la ciudad para buscar personas necesitadas y entregar la comida, decidieron asociarse con “Sharing Excess” y “Philabundance”. Estas dos asociaciones civiles llevan años dedicándose a recoger y entregar comida a los más necesitados de la ciudad. Tienen muchos camiones para recoger comida y saben exactamente la logística necesaria para llegar a más de 90,000 personas necesitadas semanales en la región.
Entonces, situaciones que son completamente nuevas e inesperadas para el sector privado, en realidad es el “pan de cada día” para las asociaciones civiles. Es indispensable que perduren las asociaciones civiles, pues en tiempos de crisis son las que tienen la capacidad y experiencia de ayudar a los más necesitados con eficiencia. Es por eso que es muy importante que tanto el gobierno, el sector privado y las asociaciones civiles trabajen de la mano aportando cada uno sus fortalezas para lograr vencer esta crisis y asegurar que reciban apoyos los más necesitados en cada rincón del país.
Te invito a aprovechar esta situación para reflexionar y preguntarte, ¿Cuál es tu granito de arena ante esta situación?